martes, 5 de mayo de 2009

Tachira Web
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Leonor PeñaLa "flor de la palabra" no se angustia, escribe

Dueña de un aura enigmática, Leonor Peña cautiva con la simpleza de su mirada, pero interpela y azora con sus silencios sueltos e ingeniosos entre las ideas y, al parecer efectistas, teatrales. Ella es todo un poema, a veces sublime y lírico, otras oscuro y punzante que lo mismo pontifica de la maternidad o la responsabilidad de los medios, que del oficio de escribir y la manera tan suya de amar el Táchira

Henry Colmenares R.Fotos: Jhonnie P.Tachiraweb.com

Javier Marías, escritor español que ganó hace unos años el premio Rómulo Gallegos, dice en Mañana en la Batalla, piensa en mi, la novela con la cual ganó precisamente este premio, que vemos la vida a partir de los últimos sucesos que hemos vivido, que el "último recuerdo" o la última impresión le da matiz a todos los demás, por eso preguntamos
¿Quién es Leonor Peña, en este momento?
"Soy una aficionada a todo lo tachirense que está de hacer un libro, que es una recopilación sobre cómo es la casa de los tachirenses contada por 70 autores diferentes."

¿Quién fue Leonor Peña?
"Yo fui una niña que me encantaba pasear por mi ciudad y que quería escribir. Fui una joven liceísta que quería ser escritora. Fui una corta estudiante de la universidad que no quiso seguir en la universidad, porque no había ninguna universidad en donde uno pudiera graduarse de escritor y menos de cosas del Táchira. Entonces, a mi me interesaba era eso y decidí ser lectora. Y creo que si me preguntaran quién soy yo, yo digo que soy una lectora, me encanta leer poesía, me gusta leer todo lo que signifique el cosmos de lo regional, de la provincia que me ha tocado vivir. Así como me encanta saber de las pirámides de Egipto, me encanta saber de todas las ceremonias que hacían los indígenas de acá y descubrí cosas como la que descubrí hace unos meses: que al río Torbes los indígenas le decían urú. Me encanta descubrir y leer para descubrir."

Hace tiempo leí de alguien que aprendió sus primeras letras comiéndoselas porque el maestro se las dibujó con miel, esa persona jamás olvidó las primeras letras y es más, nunca dejó de aprender, porque aprender siempre le pareció muy dulce
¿Leer es dulce?
"Claro, muy dulce. A mí siempre me encantó leer. Recuerdo el primer libro que me regaló mi papá, que era un libro de cuentos muy bello, los mejores cuentos del mundo, decía algo así, para los niños y, también me regaló unos libros que me parecían trágicos y también bellísimos, porque eran así como cosas que yo no podía creer que sucedieran que se llamaba Cuando las Grandes Mujeres eran Niñas, todo lo que les pasaba, con todo lo que sufrían. Y además mi papá me ponía a leer poesía en voz alta para que aprendiera a pronunciar bien y me premiaba por eso y los premios siempre eran helados y caramelos, por eso para mí leer también fue tan dulce como para la persona de la que leíste."
Volviendo un poco al libro aquél de Las Grandes mujeres cuando eran niñas del cual nos habló, noté que la impresionaron esas historias ¿Por qué, acaso llevaron del bulto?
(Llevar del bulto: expresión muy tachirense, que quiere decir pasar penurias, trabajos)
"Claro ellas sufrían. Era increíble que uno siempre decía que quería ser como una princesa, para las niñas lo ideal era ser una princesa o una infanta. Y resulta que leer todo lo que sufría Isabel de Castilla, que a los 12 años decían que se tenía que casar con un viejo rey que ni siquiera conocía. Entonces a mí me parecía terrible, total que nunca aspiré ser una de ellas, por eso quizás preferí ser tachirense, tachirense y plebeya aquí" (Risas)
¿Le cuadra a Leonor Peña la etiqueta de Folclorista?
"¡No! Detesto esa palabra, porque me parece que es lo más contrario a la cultura tradicional, yo creo que uno debe decir tradición. No soy conservadora, no. A mí me gusta que se conserve la memoria y que se sepa quiénes somos para poder hacer lo que uno quiera. Nosotros somos una provincia y debemos afirmar la raíz, yo creo que en este momento la Globalización, yo insisto mucho en esa figura, y el exceso de información no son elementos a los que se les deba temer, sino que hay que recibirlos con alegría, pero con la alegría del que está firme, con los pies en el suelo. A mí no me importa abrir las ventanas de mi casa si todo está seguro en su puesto, porque el viento no va a tumbar nada; pero si yo tengo todo desordenado y no sé dónde está nada, por supuesto que no quiero ni abrir las ventanas. Entonces a mí no me gusta la oscuridad, me gusta la luz y los nuevos aires y me encantaría viajar y conocer todo el mundo, sabiendo siempre que el sitio de destino final es regresar a mi casa porque me encanta estar aquí."

¿Es feminista Leonor Peña?
"No en absoluto, yo soy machista (risa) soy machista como somos todas las mujeres, porque resulta que en el Táchira (aspiro que mis nietas y mis bisnietas no sean machistas) somos criadas muy machistas, sólo que yo estoy conciente de mi crianza y lucho contra esos atavíos innecesarios. Creo que lo peor que nos puede pasar a las mujeres es que nos excluyan y que digan "la poesía femenina" y que el "comité femenino" eso ya es una exclusión y yo no quiero esas exclusiones. Yo quiero tener los mismos derechos y siempre fue así en mi casa entre mis hermanos, porque me los gano por capacidad. Quiero tener oportunidades más que derechos, los derechos uno se los gana, lo que hay que tener es capacidad, no derechos."

¿Qué opina de la televisión venezolana con esas "guerras de los sexos" y discusiones de género en las que hombres y mujeres se pelean, tocan animales, hay 'tánganas' e insultos?
"Yo lamento mucho que nosotros tengamos una tan mala televisión. Siempre recuerdo que Arturo Uslar Pietri decía, y se lo escuché por igual a otros escritores y creadores que tuvieron su tribuna en la televisión como Pedro Grases y Aquiles Nazoa, que la palabra tiene un poder extraordinario y la imagen también y, que es muy lamentable que nosotros no tengamos conciencia de ello y, que es muy lamentable que no sepamos usar los medios audiovisuales. Neruda decía que cuando Cristo, el hijo de Dios vino al mundo, el único instrumento que le dieron para convencer a la humanidad de su doctrina, fue la palabra y dejó a doce tipos en el mundo andando con esa palabra e hizo de ello el cristianismo. Nosotros tenemos la televisión y la hemos usado para envilecernos, eso lo lamento mucho. Creo que yo no pertenezco al país que ve esos programas y me siento exilada en mi país y me duele muchísimo. Si yo fuera ministra dictadora cerraría todos los canales de televisión y todas las escuelas, empezaría a reeducar y sobre todo reeducaría a las madres, porque quien no tenga tiempo para atender un hijo y se lo deje al televisor, no merece tener un hijo. Ahí sí soy dura, porque creo que hay que ser muy duro con los medios de comunicación que hacen eso.
Con respecto a la violencia:"Cómo es posible que el domingo pasado cuando prendí el televisor y, cada vez que me sucede eso recuerdo el cuento de Vargas Llosa, encendí la televisión y en ese momento en una película un hombre le disparó a quemarropa a otra persona y recordé que Vargas Llosa decía que un niño en esta época, a los tres años ya ha visto más de mil homicidios, cuando uno ni siquiera veía en su casa cuando mataban las gallinas para el sancocho, porque el día que las iban a matar, a los niños nos llevaban a pasear para que no supiéramos que esas eran las gallinas con las que nosotros jugábamos. Entonces los niveles y los códigos de violencia y de crueldad de los venezolanos de hoy en día no son los míos, por lo tanto yo no pertenezco a ese país; pero me duele muchísimo que eso suceda. Creo que la violencia es incontenible y creo que cada vez se utilizan más lenguajes violentos desde el presidente de la República, hasta los niños de las escuelas se amenazan con matarse y eso es terrible."
El Oficio de Escribir...¿Escribir es tan doloroso como parir, más que un don es un látigo para que quien escribe se autoflagele?
"En absoluto, yo soy sibarita y hedonista en eso, a mí me gusta consentirme. Yo creo que es un placer escribir y más que un placer es un oficio. Yo creo que escribir es leer mucho, primero; el que no lee mucho no puede escribir. Pero además del placer que me produce escribir sobre todo lo que siento que se necesita devolverle al pueblo: escribir de nuestras costumbres, de la cultura gastronómica, de los tejidos, de la cestería, de toda la tradición nuestra, sobre cómo son esas casas de los tachirenses que es mi trabajo ahorita. Además de eso escribir es para mí un placer cuando yo escribo poesía, porque si hay algo por lo que quisiera ser recordada es porque fui capaz de escribir poesía, porque escribo poesía y creo que es lo más difícil. Porque además la crónica pues es recopilar y es reunir y es organizar, hoy en día con los computadores puedes escribir un libro sobre un tema de la historia en el cual ubicas todas las citas por cronología y tal, incluso después contratas a alguien que le dé un manejo redaccional y que le haga una sinonimia. Todo eso es un proceso casi como el de una receta de cocina y eso ya hoy en día es muy fácil investigar y montar libros, ya casi hay supermercados de libros. Pero lo que nunca podrá hacerse así y no habrá computadores para eso, es escribir poesía, es hablar en... en 'estado de poesía'."
"Yo creo que los poetas, independientemente de la rima, de lo bello y de la estética y todo eso, los poetas son personas que tienen la capacidad de sintonizarse con lo que está sucediendo y son capaces de decir, tanto desde el universo interno de su microcosmos, como del universo externo de su país y es capaz, un poeta, de hablar con todo el dolor de su país como lo hizo Neruda y como lo hizo Darío y como lo hizo Homero en Grecia. Yo creo que la voz de un país son los poetas y, como dicen los de Nadie nos edita editores (agrupación local de afectos a la escritura): ¡después de Dios son los Poetas!"

¿La Poesía en Venezuela?
"Nosotros somos un país de privilegio, nosotros tenemos un extraordinario paisaje humano poético, porque tenemos muchos y muy buenos poetas, en este momento puedo recordar a Armando Rojas Guardia y a Luis Alberto Crespo, que recientemente nos han visitado. Creo que Ramón Palomares en esa frase que dice "Dime si dentro de ti no oyes tu corazón partir/ y si todo no está de viaje o si todo es nuevo y vuelve" pero "dime si dentro de ti no oyes tu corazón partir" es una frase terrible, aparentemente es como muy bella, porque es como si te dijeran "Dime si no sabes que te estás muriendo" que te estás yendo y, que cada minuto nos estamos muriendo así tengamos cinco años u ochenta. Me encanta Ana Enriqueta Terán, que dice "Quiero en mi mano un anillo delirante" y me encanta Hanny Osoj que tiene un libro hondamente doloroso que se llama El Circo Roto."

¿Venezuela?
"Yo me siento privilegiada de pertenecer a un hermoso país; pero también me siento integrante de un país donde hay niños que no tienen comida, unas maternidades que son unas carnicerías donde las mujeres primerizas, casi todas niñas o adolescentes que están dando a luz son masacradas en esas salas de parto absurdas. Todo eso me duele, pero bueno es la realidad que me ha tocado, yo no puedo pretender que esto sea el cielo porque sería como una entelequia absurda. Creo que la suerte no es ser venezolano o no y las culpas no son del gobierno; yo creo que la suerte es tener los padres que nos han tocado. Y tuve la suerte de tener unos extraordinarios padres, un padre muy amoroso que me enseñó que lo más importante en la vida era leer y entender que el que no sabía era como si no hubiera vivido, que lo que no se sabe es como si no hubiese sucedido. Y una madre que fue una mujer muy trabajadora, que se dedicó a que yo estudiara todo lo que ella quizá no había podido estudiar. Entonces fui una niña a la que le dieron clases de ballet, de pintura, de música, de ortografía, de caligrafía, de fotografía. Entonces yo tuve lo que tal vez tuvieron Aquiles Nazoa y otros creadores, pese a las carencias materiales, un piso emocional sano, bonito, eso es lo importante"

¿la flor de la palabra no morirá?
"Esa es una frase del comandante Marcos que es líder de los zapatistas en San Cristóbal de las Casas, Chiapas México. No, yo creo que la palabra, por lo menos en la dimensión del tiempo y del espacio que nos ha correspondido, en unas cuantas centurias no debe morir..."
Es irónico que lo haya dicho él, porque él es un personaje sin rostro, sin imagen (siempre tiene cubierto el rostro con un pasamontañas)..."Pero la fuerza de él es la palabra, como buen evangelizador y el gran evangelizador de la historia fue Jesucristo. Él cree que todo guerrillero es un evangelizador, todo líder de una revolución, de una guerrilla o de una montonera tiene como primera prioridad convencer al que tiene al frente para que lo sigan. Un líder sin seguidores no es un líder."

¿Cómo es Leonor Peña, la madre?
"Como yo soy madre unípara: tengo una sola hija, entonces no tuve posibilidad de enmendar los errores y he salido a la escena como el actor que no tiene posibilidades de decir 'un momentico que lo voy a volver a hacer'. Creo que tratado de ser la mejor y siempre sentí a mi hija como que era un compromiso tan grande que me dediqué mucho a ella en sus primeros años y ella a los tres años sabía leer. Me angustié tanto por su crianza que, por ejemplo no veía televisión nunca hasta los seis años, salvo los videos que yo le buscaba; no comió chocolate nunca hasta los cuatro años y eso me produjo tanta angustia que no quise tener más hijos; pero creo que lo hice bien y que mi hija, pues es una muchacha como las mujeres jóvenes de hoy en día que son capaces de mirar al mundo a la cara y de decir 'no me voy a casar', de tomar sus decisiones. Es una mujer joven capaz de viajar, de conocer el mundo, que trabaja con Monseñor Moronta que es como su tutor y que acaba de ser seleccionada para ir a la Universidad Pontificia en Roma a hacer un curso de Conservación del Patrimonio de la Iglesia y Arte Sacro, y creo que esa es una prueba de que es una persona especial, porque no es fácil trabajar con la monarquía más larga y duradera y sólida de la historia y en una iglesia que está en estos momentos pasando dificultades y con un obispo tan inteligente y exigente, tan observado por toda la comunidad nacional como Monseñor Moronta. Entonces, que mi hija haya salido airosa de esa prueba, es una muestra de que he hecho un buen trabajo."

Esta es Leonor Peña, una mujer fascinante, inteligente, que sabe que el conocimiento es una herramienta para iluminarle el panorama a los demás y por eso escribe y rescata lo que del Táchira va encontrando. Pero también es poesía y a través de sus versos expresa una esencia llena de sensaciones y de pasión. Su epitafio lo vaticina lleno de palabras como "feliz" y "aquí", claro con la acción que le imprimirá un verbo: "estar". Ojalá los demás tachirenses aprendamos a concordar esta idea como lo plantea Leonor: "felices de estar aquí".

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