sábado, 16 de mayo de 2009

la ciudad extraviada


Leonor Peña



A donde vayas te llevaras tu ciudad
Constantino Cavafis


La ciudad nació para el encuentro en un cruce de caminos. Caminos en el espacio y el tiempo. ¿Dónde y cuándo comenzó el desencuentro? ¿Dónde el extravío? ¿Dónde la desmemoria?

En búsqueda de la ciudad extraviada, se han dado los escritos, las loas, los cantos para recordarla ¿Cuándo se iniciarán las acciones en su búsqueda? ¿Cuándo el rescate? ¿Cuándo el reencuentro?

Impresas entre tintas y texturas, las imágenes perfiladas, las imágenes narradas de la ciudad desaparecida, nos cuentan historias de atardeceres perdidos en el laberinto del tiempo, de presencias urbanas mutiladas, desalojadas de su espacio ganado…

¿Por qué el desalojo, la mutilación, la demolición? ¿Por qué la huella constante que habita y camina entre el cuerpo urbano de la ciudad, es la de lo transitorio? A la búsqueda de la ciudad extraviada, convocamos el recuerdo primero, la presencia imaginada primogénitamente de nuestra ciudad para indagar ¿qué la signó?
La primogenitura le pertenece a Francisco Sánchez quien la intuye, la predice; entonces aguas arriba, por el río de la memoria, en una barcaza de imágenes, de percibires puedo imaginar, por entre el laberinto de los días, los años, los siglos, el momento, el instante premonitorio que consteló el sueño de Francisco Sánchez… ¿Sería un día de grises nieblas asomadas a las ventanas de la Alcaldía de Pamplona, cuando se discutió acalorando la fría mañana, la necesidad de fundar nuestra villa?

¿Sería una tarde de claros rayos de sol, escapados entre los pinares, para iluminar la presencia de Francisco Sánchez, el cabildante, en el preciso momento de su derecho de palabra? Francisco Sánchez con acento castellano insistía ante la municipalidad… ¿necesidad de guarecerse a mitad del camino?
Imagino la frase… De aquí a La Grita, después del río de Cúcuta, al pasar las lomas de los vientos, frente a las tierras de los Zorcas, en ese valle amable que resguarda un río, está el sitio. Ahí donde se cruzan los caminos, podremos encontrarnos siempre…
Y ahí, en las palabras de Francisco Sánchez, por vez primera nombrada, por vez primera presentida, apareció en el horizonte de los tiempos nuestra ciudad. ¿Fue acaso el sino del encuentro la marca premonitora para el desencuentro, para el desarraigo que permite borrar huellas, pasos o ignorar hitos y señales? ¿Nos marca aún el azar de un encuentro? ¿Lo provisional o lo imperecedero del encuentro?
Tiempo después la ciudad surge en oficiales documentos acompañada de su primera referencia y símbolo: el río… nuestro río, que rumoroso, de altos cantares cristalinos, con campanadas de aguas y fríos, detuvo con su presencia líquida al fundador Juan Maldonado, para desbocarle el alma en un largo suspiro… quizá el corazón le galopó a prisa, para asomársele a los ojos y mirar desde las azules pupilas, este horizonte inundado de toda la bondad de las colinas, de la mansedumbre de las hondonadas, del más abierto abanico de verdes luces y sobremanera de la sorpresa rumorosa de este río, que le plenó de nostalgias y lo llevó en líquido recuerdo hasta su Tormes, allá en Barco de Ávila.
El río, ayer Tormes, hoy Torbes, también signado en su nombre por la transitoriedad, se ahoga entre profanadores lodazales… ¿comparte el río en paralela la suerte de extravíos de nuestra ciudad? ¿A dónde se han ido las miradas acariciadoras que contemplaron sus transparencias sonoras? ¿Dónde están sus dolientes, sus huéspedes fluviales, sus peces, sus berros, sus pozos?
En el decurso de los años otros símbolos han llegado en la ruta del tiempo vivido de nuestra ciudad, para ser hitos, en afán de permanencia. Sin embargo ya no están; enunciarlos es recorrer una lista dolorosa pero necesaria para evidenciar el error a corregir:

El Capitolio, palacio legislativo legado por el gobierno de Cipriano Castro a nuestra ciudad, fue destruido por orden de un extraviado gobernador
El Teatro Garbiras, construido por Arístides Garbiras e inaugurado por Zoila de Castro, fue demolido por orden de una extraviada municipalidad

El Hospital Vargas, construido por Eustoquio Gómez, fue dinamitado por iniciativa de un extraviado arquitecto
El Mercado Cubierto, construido por la sociedad civil y que por años mantuvo con su renta al hospital, fue incendiado por manos de un extraviado pirómano, a la orden de los subalternos intereses de turno
La Casa Steinworth, símbolo comercial del Táchira, conjura la sentencia de muerte que aún se cierne sobre ella, por orden de la extraviada gerencia del Centro Cívico

El Palacio de Los Leones, símbolo del poder ejecutivo, soporta sobre sus espaldas, el adefesio que por capricho de un extraviado gobernante, mal asesorado, será en adelante su fardo y vergonzosa sombra

La lista sería muy larga de enumerar, en ella caben iglesias mutiladas, cuarteles mal remodelados, casas demolidas, fuentes destruidas, parques y árboles centenarios derribados, estatuas robadas, pinturas ultrajadas o vendidas…
La lista de lo destruido es hasta hoy una vergonzosa letanía de ruegos ante la inercia ciudadana
La lista de lo ultrajado debe tener un corte de cuenta, don de no haya cabida para lo que aún nos queda, que no debe estar expuesto en la columna abierta por los oportunistas para lo “por ultrajar”
La lista de lo destruido, documento de pruebas ante la impunidad, debe tener un corte de cuenta con fecha de hoy
La ciudad extraviada, anima en pena, seguirá apareciéndose intermitente en la memoria de los sonámbulos que desandamos recuerdos para imaginarla. La ciudad extraviada errante entre gráficas y escritos ya no volverá. Nos queda esta, la que vivimos, la que elegimos para vivir, la que en nuestras manos, frente a nuestra mirada no debe perderse

2 comentarios:

  1. Hola Sra. Leonor:

    Donde puedo comprar su libro "La cocina Tachirense"? Me encuentro ubicado en San Cristobal.

    Muchas gracias
    Henry Chacon
    henrychacon@gmail.com

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  2. Hola, buen día, he estaod intentando comunicarme con Ud. a efectos dehacerle llegar una propuesta de obra derivada. sin más,
    C. Arriojas
    quiet77@gmail.com

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